Para que yo me llame Belén como yo me llamo, antes, mis padres tuvieron que pasar por muchas cosas. Ellos se conocieron, vivieron y luego...¡Belén!
Mis padres se llaman Rosana y Augusto. Ellos se conocieron en una discoteca en Buenos Aires, Argentina. Mi madre tenia quince años, y mi padre, diecinueve.
Mi padre acudió a la discoteca con un amigo suyo, y mi madre con una amiga suya. Mi padre iba a salir con la amiga de mi madre, y mi madre con el amigo de mi padre.
En la discoteca, bailaron toda la noche con sus respectivas parejas. Bailaron hasta no poder más. Cuando volvían en coche, a las tantas de la madrugada, en medio de la carretera, el coche se estropeó. Allí empezaron a establecer contacto. Sus parejas fueron en busca de ayuda, mientras ellos se quedaron a esperar y en el coche.
Empezaron a hablar y a hablar, y resultó que tenían más en común de lo que pensaban.
Al final, pudieron arreglar el coche y volvieron a sus casas.
Al cabo de unos días, mi padre llamó a mi madre y empezaron a quedar.
A partir de ahí comenzó su vida juntos. Viajaron e hicieron un montón de cosas, se casaron, trabajaron, y al final llegamos donde estamos ahora. Mi familia, mi hermano, mis padres y yo.
miércoles, 14 de mayo de 2014
Para que yo me llame...
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